
«WUHAN, NUEVO DESTINO NEGRO. EL COVID 19 LO LANZÓ»
Hace 25 años se empezó a hablar de turismo negro, oscuro, haciendo referencia a destinos asociados con tragedias humanas o naturales, acontecimientos que en algún momento enlutaron las noticias para informar sobre catástrofes o acontecimientos adversos. Desde entonces se ha querido estudiar la decisión morbosa que lleva al hombre a querer estar en lugares donde los hechos estremecen y nos regresan a un pasado que no se desea revivir. Dicen que se busca educar con inmoralidad lo que moralmente deseamos.
Wuhan se disparó como destino negro en China y el mundo no solo por la curiosidad de conocer el lugar donde nació el covid 19 sino también por la promoción de las autoridades para captar recursos y recuperar la economía golpeada por el hecho. Siempre se presenta como primera reacción la disyuntiva de querer ocultar la tragedia de Chernobyl, el S-11 o el campo de concentración de Auschwitz, pero rápidamente encuentra defensores de su explotación comercial para conservar en la memoria, restituir en algo la recuperación económica y clamar por la no repetición.
Irónicamente con relativa cercanía de un mercado húmedo de animales vivos donde supuestamente se originó el virus está el famoso Laboratorio Nacional de Bioseguridad diseñado con asesoría francesa de la ciudad de Lyon y en estrecha unión científica con el laboratorio de Galveston, Texas, que cuenta con el banco de virus más grande e importante de Asia y realiza investigaciones en virología e inmunología de primer orden.
Por desconocido, altamente contagioso e impredecibles secuelas y comportamientos en los distintos infectados, el covid 19 resultó un hecho inédito para la humanidad y por varios años estaremos viviendo lo efectos sanitarios y sobre todo económicos y geopolíticos.
El turismo negro a Wuhan podrá verse recompensado con la visita de una ciudad grande, capital de la provincia de Hubei, con 11 millones de habitantes y a orillas del Yangtsé, el gran río. Llamada ciudad de los rascacielos. Actualmente, la ciudad en cuestión es el centro educativo, financiero y cultural de China central. Las principales empresas europeas y norte americanas tienen sede allí. La ciudad cuenta con una fuerte red de ferrocarriles y vías que la conectan con las principales capitales.
Wuhan tiene tres áreas de desarrollo nacional, cuatro parques de desarrollo científico y tecnológico. 350 institutos de investigación y más de 1500 empresas de alta tecnología. Un orgullo local es su universidad para 50.000 estudiantes.
Como si conociera su destino Wuhan desarrolló un sistema de turismo en línea bastante moderno y único, un vehículo inteligente no tripulado 5G con cámaras incorporadas recorre las calles de la metrópolis recopila imágenes en tiempo real y transmite permanentemente durante el día. Como para época de pandemia.
Las zonas verdes de Wuhan son pródigas y el Lago del este es una conocida atracción turística de la ciudad con el espejo de agua más grande de China. Posee jardines oriundos que actualmente son reservas naturales aunque su mayor prestigio lo ha logrado la floración de los cerezos y ciruelos el la primavera.
También los visitantes matizan el color del turismo al acercarse al emblema de Wuhan: La torre de la grulla amarilla: construcción del siglo III sobre la colina de La serpiente desde donde se divisan los tres poblados iniciales que le dieron nacimiento a la ciudad. Constituye un lugar sagrado para el taoísmo. Igualmente, en el itinerario tradicional, el templo Guiyuan, budista, con cinco patios y monumentales estatuas de Buda y múltiples museos llenos de historia y un afamado parque de diversiones mecánicas.
Wuhan tiene mayoría de población joven, chinos y extranjeros que trabajan y estudian y buscan vida nocturna, mucha diversión. Bares, pubs, karaokes y discotecas son ampliamente aceptados.Esta es la ciudad que les satisface. En Wuhan la cocina muy picante tiene como favoritos el pescado al vapor de Wuchang, los tres platos al vapor de Mianyang, la sopa de Xiao Taoyuan y el puerto de Dongpo.